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Si ya de por sí un fallecimiento es un proceso muy difícil de gestionar, tanto en lo emocional, como en lo administrativo y en lo económico, si esa muerte se produce en el extranjero todo se vuelve mucho más difícil.
Manejar aspectos como el trato con las autoridades locales, el consulado, la repatriación o el poder darle un adiós digno a esa persona puede resultar muy complicado, sin saber realmente qué hacer o con quien hay que hablar.
En este artículo te vamos a intentar guiar, por si alguna vez tienes que lidiar con una situación así.
Lo primero es contactar con la embajada o el consulado español en el país donde se haya producido el deceso, informarles sobre el fallecimiento con todos los detalles posibles. Estas instituciones van a ser las que te pueden dar todos los detalles y te dirán con quien tienes que tratar y cómo hacerlo, para poder hacerse cargo del cuerpo.
Estas instituciones, dependientes del Ministerio de Asuntos Exteriores, también serán el enlace para poder solicitar el certificado de defunción, un documento imprescindible para gestionar la repatriación del cuerpo o el traslado de las cenizas. Este certificado tiene que ser oficial y expedido por las autoridades locales.
Tendrás que elegir lo que quieres hacer con el cuerpo, si repatrialo, incinerarlo y realizar el traslado de las cenizas.
La repatriación conlleva algunas dificultades más, hay que solicitar ciertos documentos, como:
En caso de elegir la incineración y trasladar las cenizas hasta España, también hay algunos requisitos:
Algo a destacar es que ni la embajada ni el consulado se van a hacer cargo de ningún gasto, ni del funeral, ni de la repatriación, ni de ningún otro.
Ellos solo se encargan de las gestiones administrativas, de proporcionar información sobre servicios funerarios locales y de mediar en la repatriación del cuerpo.
Dada la dificultad que tienen todos estos trámites y lo costosos que son, es cuando tener un seguro de decesos se convierte en fundamental. Una repatriación de un país a otro puede costar entre 5.000 € y 6.000 €, y si es intercontinental, el precio puede multiplicarse.
Si no tienes un seguro de decesos, los familiares serán responsables de asumir todos los gastos relacionados, ya que es una obligación legal.
Los días por fallecimiento de un familiar en el extranjero pueden llegar hasta 4 días naturales, en caso de que haya una relación de primer o segundo grado de consanguinidad. Esto incluye el fallecimiento de padres, hijos, hermanos, abuelos o nietos.
No corresponde ningún día por el fallecimiento de un tío o sobrino, por ejemplo. Otro detalle importante es que son los mismos días por fallecimiento en otro país que en otra Comunidad Autónoma: cuatro días naturales. Solo cambia si el fallecimiento es en la misma ciudad; en ese caso, solo corresponden dos días naturales.
Ante lo complicado que puede ser afrontar un fallecimiento desde otro país, tener un seguro de decesos hará que tus seres queridos puedan lidiar con ello de una forma más tranquila, ya que no solo ayuda a cubrir los costes, sino que también ofrece asistencia personalizada y brinda apoyo en todos los trámites necesarios.
Te ayudamos a comparar entre las mejores aseguradoras, especialmente aquellas que incluyen la repatriación, para que encuentres el seguro que mejor se adapte a tus necesidades y las de tu familia.